Extremadura guarda todavía muchas historias y tesoros. Escondidos. Todos lo sabemos. Todos hemos visto cómo al construir una carretera ha aparecido una vieja villa, o una necrópolis. Las obras de las vías del tren se han encontrado con antiguos poblados ya olvidados. Los pantanos han inundado cientos de restos históricos. En este mismo blog hemos hablado de algunos casos: la villa romana de Esparragalejo, yacimiento bajo el pantano de Villalba de los Barros. Todos han vuelto donde estaban: ocultos otra vez, seguramente ya para siempre.
Hoy nos referiremos a uno más: unas obras de desagües y encauzamientos de canales, en las zonas de regadío próximas a Guareña, dieron con una villa romana de la que conseguimos unas pocas imágenes, para que no se olvide.
Se trata en concreto de la parte rústica (dedicada a las labores productivas) de una villa, muy arrasada, tan sólo se han podido sacar a la luz sus cimientos.
Se distinguen apenas los muros que delimitaban sus habitaciones y almacenes
y alguna pequeña estructura, donde posiblemente iría encajada algún tipo de viga o pilar.
En las proximidades, bajo los maizales, queda el resto de la villa, que aparentemente debió ser de cierta importancia pues su parte rústica parece de grandes dimensiones y estructuras compactas.
Se puede deducir que la villa correspondería a época romana altoimperial, y tan sólo fue encontrado material constructivo, es decir, se trata de un yacimiento arqueológico sin interés, así que protegieron los restos, se cubrieron y la obra continuó.
Sin interés.
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