sábado, 13 de diciembre de 2014

Santa Lucía del Trampal, Acuéscar

Para celebrar Santa Lucía, hoy 13 de diciembre, vamos a visitar uno de los monumentos más emblemáticos de Extremadura: la Basílica de Santa Lucía del Trampal, en Alcuéscar.



De origen incierto, hay dos teorías al respecto: las que nos dicen que se trata de un templo hispano-visigodo, con lo que se construiría hacia el año 650, y los que afirman que se trataría de una basílica mozárabe, construida ya bien entrado el siglo VIII. Sea cual sea su origen es innegable su enorme valor histórico, tratándose sin duda de uno de los edificios religiosos más interesantes de la Península Ibérica.

Podéis encontrar cientos de referencias en cualquier medio sobre la basílica, desde luego mucho más exactos y profundos de lo que nosotros os podamos contar, así que simplemente vamos a realizar un pequeño recorrido visual por el monumento.

Situada en un incomparable enclave natural, al pie de la Sierra del Centinela y próxima al manantial del Trampal, su estructura tiene una cierta complejidad comparada con otros templos de la época: una nave principal, de la que a través de un estrecho coro se accedía al crucero y a sus tres ábsides rectangulares separados. Este cabecero de la iglesia es lo que la hace tan singular, pues existen muy pocos ejemplos en la Península Ibérica, y es por la que se habla de su vinculación con la herejía arriana (las Personas de la Trinidad tenían naturalezas distintas e independientes).


En su entorno existieron otras construcciones de la misma época, de lo que se deduce que la basílica debía formar parte de un conjunto monástico.

Lado Este. Exterior de la basílica por el lado donde se aprecian los tres ábsides rectangulares, cada uno de ellos con una pequeña ventana, y tras ellos sobresale la estructura del crucero, con techos un poco más elevados (cimborrios):


Lado Norte. La nave principal tenía tanto a la izquierda como a su derecha una serie de habitaciones y pórticos, hoy desaparecidos. En este lado precisamente, antes del "redescubrimiento" y puesta en valor de la basílica se encontraba adosada una pequeña vivienda de pastores aprovechando las habitaciones existentes, y la misma basílica era utilizada como establo:


Lado Sur. Las puertas de la basílica eran laterales y en este lado también se pueden apreciar aún las estructuras de las habitaciones y atrio ya desaparecidos:


Interior: Nave Central. Muy modificada con respecto a su estructura original, los arcos que se aprecian actualmente fueron construidos en el siglo XV, en una remodelación que se efectuó después de haber sido abandonada por primera vez durante la dominación árabe. En el suelo se han señalado los lugares que ocuparían los pilares originales y que dividían la nave central en tres naves de menor tamaño, siendo mucho más pequeñas, como se puede apreciar, las laterales que la principal (al fondo el ábside central):


Interior: Coro. Muy estrecho, comunicaba la nave central con el crucero:


Interior: Crucero. Se conserva tal y como fue originariamente. A la izquierda quedan los tres ábsides rectangulares, independientes, y a la derecha el coro:


Lugar sagrado desde el principio de los tiempos, antes de la llegada de Roma ya era dedicado al culto de la diosa celtíbera Ataecina (adoptada después por los romanos con el nombre de Proserpina) como demuestran los numerosos vestigios, aras y sillares inscritos que después serían utilizados para la construcción de la propia basílica.

Antes de irnos podemos dar un paseo por el lugar y visitar Alcuéscar, intrincado pueblo entre el llano y el monte. Al frente, ahí, no muy lejos, Montánchez, y detrás la Sierra del Centinela, siempre vigilando.






domingo, 7 de diciembre de 2014

Cabezo de San Marcos, en Almendralejo


En el verano de 2013 se puso en valor para su visita un yacimiento singular situado a las afueras de Almendralejo, en el llamado Cabezo de San Marcos


Realizada su rehabilitación por la empresa ARQUEAS, se trata de un asentamiento en alto amurallado del calcolítico (3.500 A.C. - 2.000 A.C)


De gran valor pedagógico, recomendamos desde aquí su visita, para lo cual hay que concertar cita, pues se encuentra cerrado para evitar actos vandálicos.

Nosotros, hoy, vamos a recordar la situación en la que se encontraba este yacimiento poco antes de su rehabilitación, en marzo de 2011, cuando ya se habían comenzado con algunos trabajos de arqueología pero que nos da una idea de lo arrasado y desatendido que se había encontrado hasta ese momento. No obstante como podréis comprobar por las siguientes imágenes se distinguían perfectamente las diferentes estructuras que componían el yacimiento. Siempre había esta ahí, al lado, sólo había que pararse a mirar un poco.


Enmarcado en la vega del Harnina, en las proximidades del yacimiento se localizan otros muchos asentamiento dispersos, sin defensas, a todo lo largo del cauce del arroyo. Destaca, a aproximadamente 2 kms. del cerro, el tholos de Huerta Montero, al que ya hemos dedicado una entrada por su importancia y singularidad.

El poblado del Cabezo de San Marcos se encontraba defendido por, al menos, tres líneas de murallas, construidas con bloques irregulares de piedra extraída de la misma zona, y alguna de ellas con bastiones circulares.


Bastión de la muralla compacto, a diferencia de los demás localizados, que eran huecos en su interior

La estructura de las murallas era muy sencilla: compuesta por dos filas paralelas de bloques rellenas con ripio.


En el interior del asentamiento aún se pueden distinguir señales de su ocupación: restos de posibles cabañas, muy simples, de forma circular, pequeñas, de entre 2,5 y 6 metros de diámetro





además de algunos fosos y silos, y varias zonas con cazoletas.






Hoy ya podemos verlo de otra manera gracias al trabajo realizado:









Una gran noticia, tener ahí cerca, a nuestra disposición, un lugar tan extraordinario para aprender sobre lo que una vez fuimos, y sorprendernos al comprobar lo lejos que quedan nuestros orígenes.